¿Desea entender cuáles son las consecuencias de la utilización de un factor de mantenimiento inapropiado? ¡Siga leyendo!

¿Qué es el factor de mantenimiento?

El factor de mantenimiento para la iluminación es un método utilizado para prever el mantenimiento a largo plazo del flujo luminoso y las propiedades iniciales establecidas en el proyecto luminotécnico para el ambiente. También prevé el mejor momento para la sustitución de las luminarias, para que se mantenga la luminosidad ideal. Con su aplicación, los profesionales especializados pueden ofrecer garantía de sus servicios a largo plazo.

Otro factor que puede influir en el cálculo del factor de mantenimiento es una rutina de limpieza de las luminarias, de acuerdo con el tipo de ambiente en que se encuentran. Para mantener el flujo luminoso establecido al inicio del proyecto, es importante que las lentes y los difusores de las luminarias estén libres de polvo y residuos.

En ambientes más hostiles, como fábricas de neumáticos y materiales de caucho, el hollín constante debe ser considerado en el cálculo del factor de mantenimiento para conservar los niveles de iluminancia ideales para el desarrollo de la actividad laboral. Este tipo de información es muy importante para un buen rendimiento y mayor vida útil del proyecto de iluminación.

Las luminarias de LED tienen una vida útil hasta 3 veces mayor que los sistemas de iluminación convencionales, es decir, tardan mucho más tiempo en depreciar su producción de luz y para que esta reducción sea perceptible al ojo humano.

El momento en que ocurre esta reducción del flujo luminoso se conoce a partir de pruebas a las que los productos son sometidos, y los resultados se muestran en los informes LM-80, TM-21, L-70 y LM-79. Estos documentos son de gran importancia para definir la calidad de los productos y establecer el factor de mantenimiento.

¿Cuál es la importancia de este factor utilizado en proyectos de iluminación LED industriales?

Un sistema de iluminación ideal debería mantener el nivel de iluminación inicial para siempre. Sin embargo, esto no es lo que sucede en la práctica, ya que hay una disminución en el flujo luminoso de los dispositivos, que envejecen, sufren la influencia del polvo y la suciedad, etc. Por lo tanto, la iluminación media ya no es suficiente para el nivel predeterminado.

Por esta razón, al comienzo de cualquier proyecto de iluminación, se debe prestar atención al factor de mantenimiento para la iluminación, para que, a lo largo del tiempo de vida útil de la luminaria, se mantenga la iluminación mínima que el ambiente requiere. La reducción de la cantidad de luz que llega a una superficie es la depreciación que se convierte en un problema para las empresas.

Además, el proyecto luminotécnico debe estar compuesto por productos de alta calidad, ya que las luminarias de baja calidad y sin origen pueden depreciarse rápidamente, causando pérdidas en la iluminación. Los dispositivos y la luminaria LED no se desgastan y no afectan la luminosidad.

 ¿Cómo calcular este valor de manera adecuada para la iluminación de áreas internas y públicas?

El diseñador de iluminación será responsable de definir los métodos de cálculo aplicados en sus proyectos. Para entender este cálculo, proporcionamos un ejemplo práctico.

Suponga que ha implementado en su empresa un sistema que se deprecia en un 30% a lo largo de su vida útil. Se puede decir que su factor de mantenimiento sería 0,70, de acuerdo con el siguiente cálculo:

• Factor de mantenimiento = 1 – depreciación esperada
• Factor de mantenimiento = 1 – 0,30 = 0,70

La solución a este problema es evaluar estas condiciones al hacer el proyecto luminotécnico. Por ejemplo, una empresa necesita una iluminación mantenida de 100 lux, por lo que el diseñador decide agregar un 43% y trabajar con un porcentaje del 143%. Este valor disminuirá gradualmente con el tiempo debido a la depreciación.

Si la norma establece que un área debe tener al menos 30 lux, el proyecto nunca podrá tener un promedio inferior a este parámetro al final de la vida útil de sus dispositivos. Para compensar la pérdida natural, se aplica el factor de mantenimiento, que sirve para prever el futuro de la iluminación mantenida en función de las propiedades iniciales de un sistema.

Generalmente, los fabricantes de dispositivos de iluminación utilizan un factor de mantenimiento del 0,80. Debido a esto, la iluminación puede ser un 25% mayor de lo que se proyectó en el momento de la instalación por parte del especialista. Muchos equipos pierden un 20% de su luminosidad después de 30.000 horas de uso, sin embargo, es posible encontrar dispositivos de mayor calidad.

Los mejores componentes disponibles actualmente en el mercado tienen una vida útil superior a 100,000 horas. Por ejemplo, la mayoría de los productos SX tienen una vida útil que supera las 100,000 horas. Con el aumento de la eficiencia energética y la durabilidad de los dispositivos LED, el factor de mantenimiento tiende a disminuir con la evolución de la tecnología y el uso de productos de mejor calidad.

¿Cuáles son las consecuencias de utilizar un factor de mantenimiento inapropiado?

Si la luminaria pierde eficiencia o tiene una vida útil corta, el nivel de iluminancia disminuirá por debajo del recomendado en poco tiempo y se requerirán más reemplazos. Las consecuencias de utilizar un factor de mantenimiento inapropiado incluyen el aumento de los costos de adquisición de nuevos productos.

Cuando un proyecto no se realiza adecuadamente, teniendo en cuenta las características del entorno, el resultado puede ser un sistema con una distribución de luz deficiente y bajos niveles de iluminancia. Esto puede provocar fatiga visual, dolores de cabeza, ardor y enrojecimiento de los ojos, así como otras dificultades para los colaboradores.

Por último, el uso de un factor de mantenimiento inadecuado afecta el rendimiento de los trabajadores, que no pueden lograr el rendimiento esperado. Los niveles de luminosidad demasiado bajos o altos también afectan la salud psicológica de los colaboradores, generando cansancio y propiciando el desarrollo de enfermedades laborales. Además, esto puede llevar a un mal aprovechamiento de la tecnología, aumentando el consumo de energía y, a menudo, resultando en reemplazos inesperados de las luminarias.

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